¿Qué nos está pasando?


La unidad es la variedad, y la variedad en la unidad es la ley suprema del universo”, Isaac Newton

¿Qué nos está pasando? Seguro que todos en un momento u otro nos hemos hecho esta pregunta. Y seguro que cada uno de nosotros tiene una o múltiples respuestas. 

Desde la comisión PEC vemos preocupados como una de las señas de identidad de nuestro colegio, ALEGRE, está desapareciendo paulatinamente de la vida cotidiana del centro. No sólo eso, está dejando de ser ACOGEDOR; porque seamos sinceros, últimamente el cole parece que se ha convertido en un campo de batalla. 

Cada uno de nosotros seguro que estamos convencidos de (al menos en parte) tener la razón. Somos diferentes y esa es una de las grandes riquezas del cole: es estupendo tener diferentes opiniones. El problema es que hemos perdido la capacidad de conversar acerca de esas diferencias. Se supone que el colegio es un colegio CRÍTICO ¿verdad? Pero a lo largo de los últimos tiempos hemos confundido a menudo el ser crítico con ser destructivo. Todos. Desde todos los ámbitos y en todos los tan manidos bandos que habitan en la comunidad educativa. 

Nosotros desde aquí queremos hacer un llamamiento. Como tantos otros, sí, pero queremos creer y seguimos creyendo que este nuestro Siglo XXI puede ser un colegio INCLUSIVO. De todos y para todos. Dejemos de utilizar frases como “puede que te hayas equivocado de colegio”, que tanto daño nos hacen a todos (al que la dice y al que la escucha). Dejemos de intentar tener razón siempre en todas las conversaciones, aunque esto implique atacar o dañar al otro. Intentemos, entre todos, volver a ser un colegio HUMANISTA, en el que el centro de todo son las personas. Todas las personas: padres, madres, profesores, trabajadores… pero sobre todo, ante todo: LOS ALUMNOS Y LAS ALUMNAS

En estas luchas de poder nos estamos olvidando de ellos. Lo que puede ser una victoria para un grupo o para otro es siempre un fracaso para nuestros niños y niñas. Necesitan un entorno con adultos de referencia unidos, no siempre de acuerdo, pero dispuestos SIEMPRE a pensar en lo mejor para ellos. Aunque a veces signifique ceder o aunque a veces signifique dar la razón al de enfrente.

¿Seremos capaces? Ahora que se acerca el fin de curso queremos preguntar: ¿qué queremos hacer cada uno de nosotros por este SigloXXI? ¿Queremos ganar y que nuestro orgullo se vea fortalecido, o queremos que nuestros chavales vean como somos capaces de llegar a acuerdos? ¿Somos capaces de intentarlo? Es más ¿queremos intentarlo? 

Si no somos capaces, si no podemos intentarlo siquiera, corremos el riesgo de que el alma del colegio, la esencia de la cooperativa, queden dañadas de manera irreparable. Destruidas por todas las energías negativas que transitan por los espacios físicos y virtuales en los que cohabitamos.

Sería bonito que la próxima vez que alguien del “otro bando” se acerque a hablar con nosotros intentáramos escucharle como si fuese nuestro amigo. Sería bonito tener un debate tranquilo en el que no cupieran las palabras dañinas. Sería bonito no echarnos en cara unos a otros los episodios pasados una y otra vez e intentar, de verdad, empezar desde cero. 

Sería bonito, pero, sobre todo, sería lo justo para nuestros chicos y chicas. No queremos un colegio con una sola voz. Queremos la riqueza de un coro de diferentes voces que cantan en armonía.

¿Lo intentamos? 

Llegar juntos es el principio. Mantenerse juntos es el progreso. Trabajar juntos es el éxito”, Henry Ford

Déjanos tu opinión sobre aquellas cosas que NOS UNEN a todos. ¡Aquellas en las que podemos apoyarnos para empezar a construir de nuevo! Hazlo a través del formulario en esta misma página o a través de los carteles que encontrarás por el colegio. ¡Te necesitamos!


9 comentarios:

  1. Lo mejor que nos une es nuestra propia condición humana. Como seres humanos que somos, todos tenemos la capacidad de autorregularnos, es decir, de recuperar el equilibrio perdido. Esta capacidad también existe en los colectivos. Para ello, una herramienta imprescindible es la atención tranquila. Atención a lo que tengo dentro de mí y en mi entorno. Todos tenemos la capacidad de estar en ese estado. Buscar ampliar el número de momentos en los que individual o colectivamente estamos atentos y tranquilos es la base sobre la que crecer individual y colectivamente.

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  2. Realmente sabemos ya lo que nos separa??.Yo creo que no.Todo lo expuesto es asumible por todos los que queremos un Colegio diferente, centrado en las personas ( alumnos).Que les ayuda a crecer, no en contenidos estrictamente si no en algo más difícil: como personas. Donde el respeto al otro, el dialogo y el espíritu crítico y creativo está presente.
    Qué nos separa?Las formas en que se quiere llevar a cabo esto. No hay que dar borrón y cuenta nueva a lo que existe.Hay que mejorarlo.Estamos de acuerdo. Pero la forma no es el mercantilismo o el "SABER" de empresas externas que nada tienen que ver con el mundo de la educación.
    Nos une el cariño por nuestro Colegio y sus gentes. Podemos dialogar con encuentros y desencuentros.Pero no me gustan las formas. No quiero ningunear a las personas que con su trabajo, esfuerzo e interés han hecho del siglo un colegio diferente. Aprovechemos su saber.Hablemos todos. Cambiemos la prepotencia por el dialogo.No hay vencedores, no hay vencidos. Pero no me gustan las formas

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  3. Creo que en el proyecto de Centro, ahora bien, pienso que el problema radica en los métodos utilizados para alcanzar ese buen fin.

    De hecho, siendo uno de los firmantes de la petición de celebrar una Asamblea Extraordinaria, me remito al escrito que con posterioridad a la entrega de firmas, hemos enviado al Consejo Rector, para solicitarle una reunión que nos permita reconducir esta situación. La motivación y los argumentos en aquella incluidos, respetan escrupulosamente, todas y cada una de las recomendaciones que hoy publicáis en vuestro escrito.
    Espero pues, que tras esta cita del próximo día 3 de junio, podamos decir a los
    Ángel Pascual
    Padre de Alumna de 2º de la ESO
    cuatro vientos que las aguas vuelven a su cauce.
    Miguel Ángel Pascual
    Padre de Alumna de 2º de la ESO

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  4. Eugenia Poseck Menz2 de junio de 2015, 10:14

    Nos une el haber escogido el colegio para que nuestros hijos se desarrollen, ya sea porque nos leímos los estatutos, porque nos lo recomendaron, etc, un día decidimos que será el lugar donde nuestros hijos crecerán y se formarán. Lo que nos desune es la “idea” que nos hacemos del centro, que no es para todos la misma. Mientras el colegio se fue formando existieron, cómo no, tensiones, dudas, abandonos, tanto de alumnos como de profesores, sobre todo al ocurrir el cambio de colegio que hacía que la propuesta sufriera un giro sustancial, pero todos remábamos para el mismo lado, arrastrando un barco que se hacía cada vez más grande y pesado. A este esfuerzo tenemos que añadir el cambio social y económico del país, que propicio un cambio también en el alumnado, venidos ya de familias más acomodadas, políticos de izquierda emergentes, gente con un nivel económico que se podía permitir pagar las cuotas cada vez más caras. Todo se fue ajustando, pienso que se logró llevar el barco a buen puerto, basta oir a los ex alumnos cómo defienden su colegio y los valores que adquirieron en sus aulas donde el espíritu asambleario estaba tan presente. Es evidente que lo que ahora se está viviendo, el cambio político que se avecina, está propiciado por la generación que salió en los años 90 de EGB, gente acostumbrada a dialogar y luchar por sus ideas. La imagen del niño/a levantando la mano, en la asamblea y diciendo “tengo que plantearlo” es ya mítica, por lo menos para los que conocemos el colegio desde hace tanto tiempo. Siempre hablando desde mi experiencia personal, recuerdo que cuando en los años de inicio del 2000 regresé al colegio, una profesora, de toda la vida, me dice que cada vez los chicos llegan más sobre protegidos, con chupete, pañales y cada vez los padres exigen que se les enseñe lo que ellos no han logrado en casa. Un llanto excesivo de inicio de etapa ya es un mundo, pareciera que un grito bien dado es motivo de trauma, un parón al padre/madre que insiste en entrar al aula a ver a su hijo es un problema, es decir, empieza a germinar la semilla de la desconfianza, dirigida a quien menos se lo merecen y más susceptible de dañar desde la raíz un proyecto educativo: hacia el profesorado.
    No mitifiquemos el colegio, no imaginemos un espacio donde los niños cantan, ríen y estudian sin traumas ni problemas. No, el colegio es un lugar donde existen los problemas que hay en todas partes, en el colegio ha habido bullyng, suicidios, broncas, violencia, drogas, etc. no es un santuario, pero la diferencia reside en que con el trabajo de todos se ha podido ir solucionando los problemas derivados de una comunidad escolar compleja, como lo son todas, unas más, otras menos. Confiemos, en los profesores sobre todo. No implantemos la bronca como modus operandis, dejemos el ego aparcado, aquí nadie va a venir a salvar el colegio, ni mi voz tiene que elevarse por encima de otras (esa costumbre establecida ahora que la gente manda mail hablando de sus penas, esfuerzos y estados anímicos, por favor, no nos pongamos encima cursis). Establecer un espacio de confianza, respeto y trabajo no es fácil, romperlo sí que lo es, reestablecerlo es vuestra tarea.
    Los que nos vamos, marchamos contentos, pero preocupados por lo que está ocurriendo, a muchos nos resulta más fácil no inmiscuirnos, total ahí os quedáis, pero qué duda cabe que si tenemos la mínima posibilidad de ayudar a salir de este bache lo haremos, aunque se nos trate mal, y se nos etiquete de busca broncas y lindezas parecidas, sin saber, en la mayoría de los casos, del esfuerzo y trabajo que nosotros también hemos aportado durante tantos años.
    Eugenia Poseck Menz

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  5. Para crear, construir, ganar como colectivo es necesario ofrecer la mano, ceder... y sobre todo intentar entender al otro ... Sentir que se tiene toda la razón es un mal principio que no nos lleva a ningún lado.
    Los padres, a través del Consejo Rector que es quien nos representa, debemos ceder de nuestra postura y esforzarnos en entender al personal trabajador, dándoles todo nuestro apoyo y nuestra confianza para que puedan ayudarnos a llevar este proyecto adelante. Recuperemos el Siglo XXI para construir todos juntos sobre él...no destruyendo ya que no es posible crear de la nada.
    María

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  6. Lo primero, gracias a la Comisión del PEC por un intento más por mejorar el clima.
    Por lo que veo, muchas de las personas que han comentado no han entendido el artículo.
    Sois tenaces en querer que prevalezca vuestra opinión, en las redes sociales, con pintadas, con carteles, y ahora aquí cuando lo que se está pidiendo es otra cosa, pero no os dáis cuenta que la asamblea ha hablado.
    Lógicamente no se está de acuerdo al 100% de como el C.R. está gestionando las cosas. Pero su objetivo es el objetivo acordado en asamblea, y en asamblea hay que corregir lo que haya que corregir y dialogando como personas educadas.
    En el Siglo XXI hay que cambiar cosas, y parece que ya toca.

    Según el artículo, se trata de subrayar y potenciar lo que nos une. Se trata de no trasgibersar, de no generalizar, de no simplificar. Se trata de buscar la unión.
    Se trata de construir y no destruir.
    Se trata de no pretender tener la razón absoluta.

    ¿Qué nos une?. El Proyecto Educativo y formar parte de una comunidad educativa, que tiene como organización una cooperativa de familias, orientada a aplicar dicho proyecto.
    Nos une el C.R. y el C.E.

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  7. Pues yo tengo claro que nos une dos objetivos fundamentales y entrelazados entre sí: la preocupación por el bienestar y la educación de nuestros hijos y el interés por el buen funcionamiento del colegio. A partir de ahí, el cómo entendamos el desarrollo de esos objetivos está lleno de diferentes subjetividades e interpretaciones. Aún existiendo documentos que hablan de esos objetivos y de cómo llevarlos a cabo (RRI, PEC, Plan Estratégico), no es sino a través del diálogo y el trabajo conjunto, como podemos llegar a esos puntos de encuentro necesarios para seguir trabajando todos por y para el colegio.
    Ahora bien, a pesar de tener claro esta premisa, con la que seguramente estén de acuerdo todas las partes, la realidad de conflicto y enfrentamiento que estamos viviendo en estos momentos en el colegio, está poniendo en peligro el trabajo conjunto, los objetivos que nos unen y, por tanto, la propia subsistencia del colegio. Y aquí estoy en desacuerdo con la compañeras de la comisión PEC, uno de los principales problemas es que no ha habido un verdadero análisis de lo que está ocurriendo y, por tanto, no sabemos realmente lo que nos separa. Y sin tener claro esto, tampoco podemos buscar soluciones para resolver los conflictos que nos llevan a esa separación. Ojalá pudiera ser como en las parejas, que llegados a un punto, no encuentran suficientes cosas que los unen, hay demasiado conflicto y malestar entre ellos y, por tanto, se separan. El colegio es una institución muy compleja, con un montón de intereses en juego y dependiente de otros organismos externos a la hora de tomar decisiones.
    En cualquier caso, yo siempre he sido y soy partidaria que antes de llegar a una “separación”, hay que buscar la mediación externa que ayude al análisis de la situación y a la búsqueda de estrategias de resolución del conflicto.
    Carmen Luque

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  8. Me uno a quienes quieren una escuela democrática, participativa, inclusiva, intercultural, que atienda la diversidad, con un diseño universal para el aprendizaje y accesibilidad. Una escuela cooperativa, alternativa e innovadora en sus prácticas pedagógicas y por tanto con formación permanente del profesorado.
    Me uno a los que promueven una educación en valores, para crear una sociedad justa y democrática que respete los derechos humanos. Una educación que no sea la mera acumulación de conocimientos e información usada después para ignorar, dominar, explotar y engañar mejor al prójimo.
    Que considere la diversidad como una oportunidad para educar y no un lastre.
    Que eduque para pensar, vivir y convivir.
    Una educación que no ignore las diferencias individuales y que promueva el desarrollo personal y el potencial de cada niño.
    Estaré de acuerdo con todos los que favorezcan un modelo educativo como el antedicho, que revierta en una sociedad mejor, a la vez que promueve un desarrollo personal óptimo y motivador para cada integrante del mismo. Estaré de acuerdo independientemente de que sea padre, alumno, profesor, ó personal de administración y servicios.
    Creo que nos podremos encontrar en un proyecto común, si no entramos en dinámicas de actuación en base a intereses mal elaborados.
    Reconozco la dificultad para llevar a la práctica un modelo tan ambicioso, con las ratios actuales y los recursos económicos disponibles, siempre escasos.
    Podemos escribirlo en un papel y quedará muy bonito. Podemos confiarlo a la acción individual discrecional de cada docente. O podemos ponerlo en práctica entre todos y para todos.

    José A. y Eva
    2º de ESO

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  9. Olvidé que nos une también el espíritu laico, y cuando digo “espíritu laico”, quiero decir algo más que la inexistencia de clase de religión.
    Escucho a veces decir yo no tengo ni idea de esto o de lo otro. Y dejamos en manos de la autoridad en cada tema, los especialistas, la resolución de los problemas que nos afectan.
    Hay un texto clásico, pero de tremenda actualidad, que expresa muy bien lo que quiero decir:
    «¿Se desprende de esto que rechazo toda autoridad? Lejos de mí ese pensamiento. Cuando se trata de zapatos, prefiero la autoridad del zapatero; si se trata de una casa, de un canal o de un ferrocarril, consulto la del arquitecto o del ingeniero. Para esta o la otra, ciencia especial me dirijo a tal o cual sabio. Pero no dejo que se impongan a mí ni el zapatero, ni el arquitecto ni el sabio. Les escucho libremente y con todo el respeto que merecen su inteligencia, su carácter, su saber, pero me reservo mi derecho incontestable de crítica y de control. No me contento con consultar una sola autoridad especialista, consulto varias; comparo sus opiniones, y elijo la que me parece más justa. Pero no reconozco autoridad infalible, ni aún en cuestiones especiales; por consiguiente, no obstante el respeto que pueda tener hacia la honestidad y la sinceridad de tal o cual individuo, no tengo fe absoluta en nadie. Una fe semejante sería fatal a mi razón, la libertad y al éxito mismo de mis empresas; me transformaría inmediatamente en un esclavo estúpido y en un instrumento de la voluntad y de los intereses ajenos». (Miguel Bakunin, “Dios y el Estado”, 1882)
    Para mí “espíritu laico”, es ante todo espíritu crítico. Por este motivo traje a mis hijos a este colegio y es algo irrenunciable para mi libertad y mi razón.
    Espíritu laico no es pagar la cuota religiosamente y tener fe.

    Eva

    ( 2º de ESO)

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